La falta de vegetación en las zonas urbanizadas, como consecuencia de los asentamientos humanos, afecta directamente la calidad de vida, desde el punto de vista físico y estético.
Se recomienda la construcción de jardines verticales tanto en interiores como especialmente en el exterior de los edificios.
Aplicando estas tecnologías, se puede aprovechar al máximo cualquier tipo de área, obteniendo armonías estéticas, benéficas para el medio ambiente y la salud humana. Incluso si el precio de construir y mantener los jardines verticales es más alto que un paisaje clásico, se compensa con los beneficios ambientales, elevando las superficies de vegetación, con impacto para reducir el efecto de la contaminación.
Los jardines verticales reducen al 80% la contaminación auditiva.
Los nuevos conceptos modernos para el desarrollo del paisaje apuestan por utilizar cualquier tipo de hormigón o vidrio, convirtiéndolos en verdaderos jardines verticales, siendo posible superar el desarrollo de las áreas urbanas haciendo una transición suave hacia un entorno urbano verde y saludable.
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